Ansiosa como el aire en vías de respirarse
soy el pétalo tembloroso que huye de la rosa,
te absorbo como lluvia que riega los desiertos
toda mi piel expuesta al soplo de tu boca.
Ligera me percibes siendo vapor de nube,
cálido te vislumbro como fulgor de estrella,
mar de olas encrespadas buscando cada orilla
y tierra peregrina indagando en sus aguas.
Escalando la cumbre donde el trigo madura,
descendiendo hasta el valle en que se adentra el río,
remolino de espinos a merced de los vientos
que sólo se detiene cuando estalla la risa.
Carrusel de colores enjambre de burbujas
multitud de palomas, piar de golondrinas,
la tarde y su silencio, la noche en su desvelo
canto la canción mía por la muerte segura.
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