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miércoles

LA MALDAD


Ella se entrelaza por tejidos y huesos haciendo la vida desagradable, dando cobijo al egoísmo frustrante y quebrando la unidad entre corazones nobles, que pueden perder de vista para siempre el eje del bien.
La maldad es un puente que el malvado tiende hacia el abismo en detrimento propio, es una espada que hace trizas la confianza entre la propia sangre, un bumerarg que vuelve a su lugar después de golpear a los inocentes.
La maldad es algo superfluo y totalmente innecesario para la vida, estorba al desarrollo natural de la infancia, priva de nobleza a la adolescencia y retuerce la esperanza de logro verdadero en la madurez. La maldad se nutre de celos, envidias y odios de todo tipo haciendo pobres y mezquinos a los malvados. Estos se desvelan tejiendo telas de araña en donde atrapar a sus víctimas, tramando estrategias para herir, matando la reputación del prójimo y cavando fosas a los pies de otros para hacerles caer. No hay nada de provecho que la maldad consiga porque más pronto que tarde se recoge lo que se siembra, a veces incluso se siembra viento y se cosecha tempestad. Nunca se sabe qué logrará la maldad en su proceso de crecimiento aunque se presiente que no será nada bueno.
La maldad en el humano no es genética, es una adquisición superficial y vana, es un gran escollo para la felicidad. Es completamente innecesaria.