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lunes

SOLEDAD QUE NO SE VE

La soledad en compañía es una cárcel donde se halla preso el sentimiento y es la histeria de una comunicación tan pobre que propicia la indigencia. Es una agonía interminable de cuchillos clavados en la noche y llamaradas de fuego por el día. Un mirar sin ver y un hablar sin ser oídos, un vacío de caverna sin luz, un vuelo de alas resquebrajadas.
Esta es una soledad de lágrimas inútiles porque no hay otros ojos que las vean para dar consuelo, también es el tumulto de unos gritos desesperados por la impotencia de explicar la pena interna. Es una planta descuidada a punto de secarse y un disfraz de sonrisas para la muerte anunciada. Es un seguir andando sin rumbo y sin proyecto siendo empujados por la inercia que produce una mentira argumentada. Es una piedra de molino que tritura la alegría hasta convertirla en el polvo que se dispersa en el aire haciendola desaparecer. Es una extraña cobardía que adormece al pensamiento y es un adiós sin moverse de la silla. Es una isla sin mar y una roca sin montaña.

jueves

SOLEDADES


La soledad, cuando es forzada, es como una oscura puerta a ninguna parte, es un andar hacia el vacío mas grande y abrazar el desespero mas cruel. Es el corazón mas hueco y la grieta mas grande que aislan en lo profundo. Esa soledad es casi siempre un sentimiento desgarrador, recurrente, anárquico, obsesivo que paraliza, que aplasta y derrumba hasta la tumba de la inutilidad inducida.





😥 CUANDO VIENE CON LAGRIMAS
Hay veces que la soledad se llena de unas lágrimas de extraña tristeza, como un paisaje con un fondo roto o resquebrajado, como cuando se pierde la inocente confianza con el primer desengaño. Esas lágrimas parece que tienen mayor concentración de sal, o al menos así se sienten en la boca, son más agrias que las que derramamos por alegría.
En estas soledades renace el pensamiento libre tejiendo la quimera de lo excelso, clamando al ser Supremo compasión, posicionándose con fuerza la misma emoción que reventó un día primero, tan sólo con un leve roce de manos o ese gesto tierno de apartarte alguien el pelo de la cara. La piel se hace sensible en extremo y mucho más el corazón que pide su sentimiento.
Resurge la pena negra escondida porque, aún teniendo la luz, hay un fondo oscuro imposible de alumbrar, aunque no haya dolor sino cierta congoja que produce un estrechón en la garganta. Los ojos miran desde un cerco de sombras, cosas de mujeres, hacia el horizonte hermoso de la paz.
¿Por qué nunca soy rebelde en estos momentos?
Me siguen acompañando las ganas de lo bueno, la puerta ancha de la entrega, el olvido de lo malo y el corazón inflado de aperturas.
Siempre está la paz, la puerta abierta, nunca rencor, si acaso indiferencia, alejamiento, perdón o silencio. Algo se pierde quizás para siempre, o permanece en el recuerdo, igual que aquella hoja que vimos cómo la arrastraba el agua del río y, remolineando en el remanso, giraba hasta desaparecer, absorbida en la espiral líquida.
Se siente un vacío mental tras el estremecimiento de saber que se te ha roto algo, que la muñeca ha sido destripada, el puzzle desarmado, el globo explotado, la cuerda rota, el enganchón en la blusa nueva, la mancha en el vestido limpio. Una pérdida más no importa, un desengaño más a la colección, una ausencia más para añorar, un pasado para recordar. Finalmente, quezás una anécdota más en lo largo de nuestra vida.



😁SOLEDAD ESCOGIDA
La soledad me llenó de valor, me hizo independiente y ágil. Me liberó de necesidades absurdas y paralizantes, me procuró tiempo de creación y de desborde de lo vivido. En soledad, los sueños me devolvieron a la realidad de un presente único que pude saborear.
Soledad consejera que me dicta soluciones, alivia dolores, consuela desengaños. Me abre la puerta a otros mundos desconocidos, sin distracción, me procura reflexiones serenas, me ayuda a extraer recursos ignorados.
La soledad es buena amiga del tiempo, ayuda a sacarle provecho incluso al pasado, y da mejor proyección de futuro. En soledad desentraño lo memorizado, lo vivido, lo logrado, lo perdido, lo esperado.
He aprendido a restar los días con paciencia, a paladear los segundos, los minutos o las horas con la misma parsimonia con que tomo sorbo a sorbo una taza de té. La dulzura de este tiempo sólo es mía porque agrio, muy agrio, está el exterior. Ahí fuera todo son codazos para dejarte atrás o afuera de las cosas, mientras que adentro, con mi soledad al lado solo me atiende mi Dios. Ella me corona cada día con diamantes y perlas en forma de poemas y letras ordenadas, me hace nadar en verdades.
Mis mejores amigos se alegran y mi dueño observa. Mis soliloquios suelen ser más extensos; mis monólogos multiplican los temas tratados como inagotable fuente de aguas dulces
. Bendito tiempo y bendito sea Dios, quien me permite vivirlo tan lleno de matices y riqueza interna. Ni sabía qué era rica, sin un maldito euro en el bolsillo. Vuelvo a viajar por mis días de playas y acantilados, de turistas con la piel enrojecida, de sombrillas y arena por todas partes, con dos preciosas niñas de la mano a quienes el sol doraba de tal manera que solo les blanqueaba el fondo de los ojos o los dientes. Sólo evocar las imágenes hacen brotar de mis ojos unos imparables chorros de lágrimas, no de pena sino de alegría, de esa satisfacción que da poder transmitir vida a otros seres; bendito poder este del que disfrutamos las mujeres. Y es que entre tanto trasiego de la vida diaria se pierde el poder saborear los momentos más únicos e irrepetibles que ésta te ofrece.
A muchos nos pasa igual, siempre lamentándonos del pasado, no tanto por lo que hicimos mal sino por lo que no hicimos bien o que sencillamente no hicimos, valga la redundancia.
Entonces es preciso no ser crueles con nosotros mismos porque no hay mayor tiranía que la del auto castigo. Es difícil también perdonar a otros si no lo hacemos con nosotros mismos, difícil amar a otros si no tenemos un grado aceptable de autoestima mesurado sin llegar al egocentrismo que tanto repele. El tema del perdón beneficia al que lo practica, el rencor y el odio enferman el espíritu y hasta al cuerpo. En este punto de la cuerda floja algunos pierden el equilibrio, se va al traste todo empeño por equilibrarse venciéndoles su propia vanidad. No nos engañemos, nadie quiere ser desequilibrado porque se sufre por ello, algo que puede ayudarnos puede ser el estar atentos a lo que dicen de nosotros las personas que nos quieren bien.
En mis soledades también me encuentro con tantas personas y personajes que me acompañan desde los libros, devorados con ansia desde mi niñez; El Quijote, mi querida Biblia, El Lazarillo de Tormes, Platero y yo. Mis poetas sabios, mis poetas doloridos, mis poetas sangrantes. ¿Cómo puedo estar sola con tanta gente diciéndome cosas al oído? Más soledad quiero, más soledad necesito.




🖤 NEGRA SOLEDAD
Es una sombra que oscurece la belleza de un paisaje, en un trueno que inquieta en lo apacible de una tarde, es un hacha que parte en dos un grueso tronco de árbol, es una flor solitaria en la anchura de un desierto.
La soledad negra es una desazón por no se sabe qué, es hallarse alguien desaprovechado. Es como el hervir de una olla inmensa. A veces calla y a veces habla incoherencias. Grita reclamando sonrisas y clama requiriendo las caricias que suministran las palabras almibaradas.
Porque ella es, aunque no se quiera, y que atrapa aunque se esté huyendo. Porque esa soledad es a veces una oscura puerta a ninguna parte, al vacío mas grande, al desespero mas cruel, es el corazón mas hueco y la grieta mas grande...porque la soledad es, a veces, un sentimiento desgarrador, recurrente, anárquico, obsesivo que paraliza, que aplasta y derrumba hasta la tumba de la inutilidad inducida.