lunes

🟠MIRARSE EL OMBLIGO

Aunque mirarse el ombligo en sentido literal es una posición bastante incómoda, en sentido figurado, parece que no lo es tanto, en vista del creciente número de personas que adoptan esa actitud en su vida.
Incluso hay pueblos y naciones que andan en esa pose de egocéntrismo. Viven una especie de contagio colectivo, convencidos de estar dotados de una exclusividad con relación a otros pueblos.
Esto de mirarse el ombligo hasta parece estar de moda.
Según una definición de la frase "mirarse el ombligo", en el famoso buscador Google al que todos acudimos con frecuencia, el significado es : "poner mucha atención en los problemas propios y olvidar los ajenos".
Ya solemos ser los humanos algo egoistas pero no se trata de esa común actitud del "yo primero" con sus típicos empujones o el típico, "quítate que yo me ponga".
El mirarse el ombligo de continuo sin otro objetivo que ver los propios problemas, lleva a una fractura dramática con todo lo demás.
Lleva al alejamiento de la realidad, si esos problemas son ficticios o exagerados por una visión torpe y egoísta de cada situación. Un síntoma de egocentrismo es pensar que todo lo que otros hacen o dicen es para fastidiarnos a nosotros. ¿Con lo ancho y largo que es el mundo vamos a ser nosotros siempre la diana de los demás?
La actitud de mirarse el ombligo proporciona un vivero propio de problemas, ahí nacen y ahí crecen para convertirse luego en una llamativa exposición con los que atraer a las almas sensibles que prestan su oído a este reclamo egoista.
Con poca empatía hacia los demás, exigiendo atención y comprensión continua. Pero esto agota, frustra y mina la generosidad del generoso, porque el final es como el principio, no hay un mirar de frente a las cosas sino la cabeza vuelta hacia el deseo del propio vientre. No está de mas una buena actitud para comprender las tristezas y soledades de quien se replega en sí mismo. Quien sabe si algún día nosotros podamos ser las siguientes víctimas de nuestro propio ombligo.

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