DAÑO IMAGINARIO

El daño imaginario es una marea que la mente crea en un vaso de agua, es un grano de tierra que el pensamiento negativo convierte en una montaña. Es una manera injusta de usar la capacidad imnata de la imaginacion que poseemos los humanos, porque sólo crea dolor donde no hay herida y levanta un muro en un campo abierto. El daño imaginado pueden ser unas manos agitadas por algún dolor autoimpuesto que buscan desesperadamente a una víctima donde agarrarse para liberar el peso de la culpa propia.
Puede ser un golpe ciego de agravio comparativo que busca satisfacer el ego atribuyendo el mal donde no existe, con la intención dramática de vencer a quien se considera un rival o un enemigo ficticio. Es también una bola de nieve que se origina de un ínfimo copo y va creciendo más y más en el interior, arrastrando consigo a cuantas emociones encuentra a su paso, quedando atrapado en ella quien la originó. Y también es una pequeña piedra que se coloca ante alguien que va siguiendo su propio camino y un horno que arde sin leña en el interior pero que escupe las cenizas del temor. Existen roturas y lejanías que se originaron en un daño irreal e imaginario.
Si hemos de ser consecuentes, a un daño ficticio producido por los miedos le debe de esperar un perdón imaginario, aunque lo que siempre es verdaderamente provechoso es el perdón por amor.