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domingo

💛 DOLOR


El dolor puede hacerse una energía a la que se recurre inconscientemente, es fundamental hacer consciente esa realidad para poder librarse de él y ser uno mismo.
El dolor puede instalarse en nosotros y así nos mantiene aferrados a hechos dolorosos del pasado, impidiéndonos ser nosotros mismos y vivir nuestra realidad presente.
El dolor puede durar todo el tiempo que estemos dispuestos a darle albergue en nuestro interior. Y tiene el poder de arruinarnos la vida. Premiar al dolor es un grabe error porque lo perpetuamos y lo hacemos rey sobre nuestra vida.
No hay nada más inútil que la autocompasión y solo nosotros somos responsables de refugiarnos en ella.
Todas las adicciones son un disfraz para el dolor, y el dolor aumenta sólo con pensar en que se quede al descubierto nuestro dolor.
El amarrarse a un dolor del pasado merma nuestra capacidad de amar en el presente y nos amarga la existencia.

viernes

DAME UNA TREGUA

Con cada nuevo dia, el amanecer me trae colgada de su brazo, la esperanza de que el dolor no será otra vez el protagonista de la jornada.
Ya fue el rey maligno de gran parte de la noche, con sus clavos hiriendo los tendones, con su fuego abrasando los músculos, con su ácido corroyendo los huesos.
Queriendo despojar a la consciencia de tan tirano invasor, una se adelanta a la mente con más y más proyectos, para que no caer presa de la debilidad y la impotencia.
Hay que darle a los pies su tiempo para que logren la imposible tarea de sostener a todo el cuerpo, incluida la cabeza. Primero se fortalece uno tanteando el suelo para alejar el hormigueo y luego el otro hasta conseguir estar de pie. Finalmente los dos quedan afianzados y se puede empezar a caminar.
Cada día se produce una especie de conquista territorial que me invade el cuerpo, que se manifiesta en una cadena de batallas constantes que nunca se sabe dónde ni cuándo se van a producir, ni en qué parte del cuerpo descargarán su maldito arsenal de dolor paralizante.
Puede ser que el ácido circule ascendente por los dedos de las manos y acelere el pulso con sus mil agujas clavándose a un tiempo, que no se sabe si viene desde adentro hacia afuera o desde afuera hacia adentro.
Al maldito dolor le suplico que me dé una tregua, y a continuación me pongo seria y se lo pido con todas mis fuerzas que me deje en paz.
Y es tal la avalancha de cosas interesantes que le expongo, la batalla pirotécnica que le muestra mi imaginación y la ganas de vivir que vienen en mi defensa, que remite o se adormece, que se rinde y me olvida por el momento.
Estoy segura de que volverá en el momento menos oportuno a amargarme la existencia, porque vuelve con igual fuerza u otra más renovada, pero por ahora lo consigo, en estas ocasiones benditas logro que mi mente lo venza.
Esta victoria temporal es una fiesta de alegría y vida que vale la pena experimentar. Y si alguien me ve solo en ese momento creerá que la vida me ha regalado una salud de hierro.


miércoles

LA BELLEZA QUE DESARMA TENORES


A veces nos comportamos como si estuviéramos librando una guerra, armados con argumentos de dudosa procedencia, cargados con un arsenal ficticio para una batalla imaginaria. En demasiadas ocasiones el enemigo no es más que una nebulosa en nuestro pensamiento, y que se disipa con la sonrisa de un niño en su preciso momento.
Se nos agrandan los temores alimentados por la ignorancia y como gigantes desafiantes nos hacen conscientes de nuestra miserable futilidad. Si las dudas son un ejército siempre tienes a un enemigo que se acuesta contigo cada noche.
Si la duda sólo es una, pero persistente, has caído en la maldición de la tenaz gotera y la dicotomía de ser o no ser. Cuando una inseguridad nos ha perseguido como el gato al ratón hasta cazarnos, nuestro refugio puede ser una puesta de sol custodiando la última hora de luz.
Si es el miedo al abandono el que tensó tus puños y apretó tus dientes, pudiera rescatarte de esa arena movediza la risa más alegre de tu madre que siempre está dispuesta como el amor de siempre. Y qué hay del miedo al miedo, del sudor frío por un presentido fracaso o el temblor incontrolable de la dolorosa impotencia.
La vida requiere también de nuestra valentía, y exige el apoyo de nuestro arsenal espiritual, cada vez que el aire viene cargado de desprecios. De nuevo ocurre el milagro del desarme, tan sólo con esa mano que un buen amigo coloca en nuestro hombro, y nos revive el abrazo de quien siempre nos ama.
Pero existe la culminación de los desarmes, el sumum de las estratagias, el record de las bellezas asistenciales para los humanos, la clave de muchos jeroglíficos.
Existe la fe, la certeza absoluta de no estar nunca en soledad, de saberse en el punto de mira del amor y acunados por la sabiduría, con un ropaje de luz para cubrirnos. Esa es la belleza que desarma, que pacifica, que aleja de la violencia de todo tipo y que nos hace andar sobre los cristales rotos como si de delicados algodones se tratara. Porque no hay belleza mayor que vislumbrar la sonrisa del Rey del universo.

SALVAR


Ya sé que esa rabia contenida en ocasiones perturba tu mirada delatándote, que la seduccion que sufres te empuja al salvamento, que te evela un grado el haber sido tocado por la barita del poder, que se nublan tus ojos porque el peso de una injusticia ajena perturba tu paz, ya has contado que te duelen los muertos, los heridos y los pobres. Me gustaría que te dolieran por un igual todos los muertos, todos los heridos y todos los pobres de la tierra, porque no hay mayor utopía que la igualdad. Y es que ya no emociona ni motiva tu nueva pose compasiva, tu giro por la historia, tu cara de condolido y justo.
Perdona pero no me creo esta pose tuya en este tiempo que llamas "nuevo" porque no es mas que un poco más de lo mismo de siempre, es el rutinario quítate que yo me ponga, quítense que nos ponemos, quitémoslos y pongámonos. La famosa paradoja de Lampedusa de cambiar todo para que nada cambie, para que todo siga igual que antes del cambio, sobre todo para una mayoría que observa perpleja tanta renovada salvación.

HOMBRE CAÍDO



¡Ay! El hombre, con tantos interrogantes y tantas respuestas erróneas, con tantos caminos andados hacia el mismo precipicio, con tanto dolor como placer, con las pupilas dilatadas por la  perniciosa oscuridad  en el túnel del tiempo, por tanto escribir y borrar, por tanta subida y bajada del telón por los tramoyistas, por tanta puesta en escena de los actores y por tanta risa o llanto de los espectadores.
Se tensa un poco más la cuerda que sujeta los extremos del eje de la tierra mientras ella  está vomitando ácidos. El agua, que está en tu origen, en tu destino, en tu corto discurrir por ella, brama cada día como la cierva que pierde a su cervato. Una canción lastimera se oye como el eco repetido de un mantra lejano y un estridente sonar de cacerolas cual rabieta de los pobres. Todo atenuado por el sórdido crujir de los tambores de guerra del hombre que se confiesa libre. ¡Ay hombre, que poco sabes tú de libertad y cuanto te gusta soñar que eres libre. Muchos artificios inventados pero ninguno te libera de tu negro destino en rebeldía, rebeldía contra todo y contra nada, contra lo que fue, contra lo que es y contra lo que será. No eres lo suficiente fuerte como para librarte de ese desasosiego que te crea la injusticia de otros y no la tuya propia, porque resides ciego e incrédulo de tus barrotes aislantes, pertrechado en tus jaulas de oro que pervierten soledades.
¿Tengo que llorar un poco más por ti?
¿Hasta cuando tu insensatez extrema?
¿Acaso se puede borrar la historia?
Quiero creer en ti, dame una muestra de que estás adelantando a la cordura. Convénceme de que ya encontraste la llave que abre la puerta a la vida para todos, que ya tienes la fórmula mágica para parar la locura personal o colectiva de esta autodestrucción.