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domingo

🟠BARCELONA

La mirada de esta ciudad siempre tiene destellos nuevos que fascinan, porque estoy convencida de que si las ciudades tuvieran genes, ella los tendría todos en una misma posición favorable y completamente inclinados a la seducción. Entrelazada en su esencial composición, se halla esa tendencia a conquistar enamorando, a enredar charloteando hasta venderte un par de mantas en el mes de agosto. Lleva dentro el afán de mirar por mirar que contagia a todo el que llega, a todo el que circula por sus calles mas viejas, a todo el que pasa por ella aunque sea de puntillas.
Tiene monumentos como todas las ciudades, tiene plazas, calles y avenidas como todas las ciudades. Parques y jardines por donde desaparecerse, en donde no ser más que una lámina de cuero estirada sobre el césped. Colecciona infinidad de peculiaridades y, a pesar de los pesares, abriéndose entre obstáculos, llega hasta ella el Mare Nostrum para besarle el perfil de sus labios.
Cualquier visitante puede ser poeta mientras deambula por su vías urbanas, sus jardines o sus plazas. Sólo tiene que localizar y atrapar los poemas que mariposean por el ambiente, expuestos en sus aceras como mercancías, o como jugando al escondite, se pueden hallar al doblar una esquina de cualquier calle.
Tiene miles de versos suspendidos en el aire y listos para ser cazados mientras vuelan. Todo lo creativo es válido y admirable, y todo lo natural te abraza, la brisa marina, las voces de la gente, las frutas del mundo, las piedras famosas, las formas diversas, su genialidad, su modernidad, las cosas grandes y monumentales, y las pequeñas cosas de la supervivencia.
No obstante, su mejor riqueza y su mejor belleza son las personas, la gente, el populi. Miles de historias transportadas por sus correspondientes corazones que convergen en esta urbe única.
En esta ciudad varias personas en diferentes ocasiones, pueden creer reconocerte, creer haberte visto en otra ocasión y saludarte con familiaridad, cosa poco extraña ya que sus viandantes son muy diversos, y de rasgos muy cosmopolitas. A quienes les guste refugiarse a ratitos en una isla urbana, pueden hacerlo en alguna de sus placitas silenciosas y vecinales. A los que les guste perderse por un bosque, también lo hayarán a un tiro de piedra de la ciudad. Se puede subir, en un mismo día a una montaña o bajar hasta la famosa playa de la Barceloneta.
Cuando no se tiene prisa, siempre se puede encontrar a alguien dispuesto a contarte una historia propia o ajena, sólo se necesita preguntar algo, hablar poco y escuchar mucho.
Ella, Barcelona, sigue en la tarea de seducirte cada vez que se encuentra contigo, sus guiños son múltiples y en distintas direcciones, como consecuencia directa de su amplia experiencia en intercambios culturales con otras compañeras de costas y de aguas. Por la multiplicidad de sus reliquias traídas por pueblos navegantes y comerciales que sostienen tiempos y culturas varias.
"Esta ciudad sacó de mi fondo, serpentinas de emociones y guirnaldas de sentimientos, trenzó cordeles de fantasías y tejió con los recuerdos, telas de texturas imposibles. Zarandeó mi adolescencia de una forma brutal y revolucionó la juventud con miles de propuestas liberadoras, con una gran alegría de visión nueva".
Ella te hace descubrir el color y la luz mediterráneos, y te arrastra tras el olor a flores recién cortadas para luego atraparte como con un embeleco que alguien tramara para conquistarte por la nariz.
Alardea de uno de tantos niños-genio históricos que dejó coloreadas de peculiaridades algunas de sus fachadas, guiños del pasado que hacen sonreírse, admirarse y sorprenderse, o todo al mismo tiempo, a los visitantes. Qué lejos queda ya tu muralla, ciudad Condal, y cuán amplios se han hecho tus arrabales. Así, como las miles de arrugas que pueblan un cuerpo que ha vivido una larga y plena vida, estás tú salpicada de extrañezas, con el collar de tu historia enfilando una multitud de hermosas gemas.
¡Mira! El viento le robó del cuello a alguien su pañuelo y lo eleva hacia el azul del cielo. ¡OH, no! Son varias palomas blancas volando. ******