Dispuesta como estoy siempre a saborear cada pincelada que la vida me brinda tan generosamente, ella se abre paso entre las notas grises y obsurdas que también destilan los días.
Qué fácil es darle salida, tan solo hay que dejarla surgir como un reflejo de los espejos internos y darle muchas gracias por estar ahí aunque no se sepa con exactitud de donde vino ni cómo.
El mejor de los paisajes, el más hermoso de los paraísos puede desarrollarse en el fondo de nuestra poderosa imaginación porque todos nuestros sentidos siempre estuvieron atentos y fueron los mejores receptores de ella.
La puerta siempre está abierta para que pueda entrar o salir libremente del alojamiento que un día le proporcioné.
No hay comentarios:
Publicar un comentario