lunes

PARA DAR HAY QUE TENER

Un niño tenía habitando en su casa cientos de pajaros que había ido coleccionando con ayuda de un amigo muy especial. La verdad es que este niño insistió tanto a su amigo para que le ayudara a conseguir las aves, que éste convino en que lo haría y así lo hizo.
Le enseñó con paciencia el arte de conseguirlos, cosa que aprovechó  bien el muchacho.
Por otra parte, su amigo estaba encantado de ayudarle con los pajaritos porque él tenía mucha, mucha experiencia en eso de regalar herramientas para que otros logren sus sueños.
Como el niño estaba muy contento y valoraba mucho tener tantos de estos animalitos, un día se le ocurrió sacar uno de ellos a la puerta de su casa para disfrute del vecindario.
Todo el que pasaba por allí se percatara de la novedad y decían...¡ Un pajarito!
¡ Este niño tiene un pajarito!
Cómo es de esperar hubo comentarios de todo tipo. Unos argumentaban que el pajarito en cuestión no era de verdad, que parecía ser mecánico. Otros decían que no era suyo y que alguien se la había prestado. Otros opinaban que si era suyo, seguramente ni cantaría ni haría nada.
Pero muchos comprobaron que sí,  que era un pajarito vivaracho y que cantaba bien, que era auténtico. Estos últimos se lo llevaron consigo a su casa y fueron felices escuchando el canto de aquella avecilla.
El niño también fue muy feliz porque le quedaban muchos más para compartir

ENSEÑANZA: Comparte lo que tengas, posiblemente unas cuantas personas lo valorarán.

No hay comentarios: