viernes

FRUSTRACIÓN


No encuentro buena tierra,
tierra segura
donde plantar un árbol.
Para verle después
si acaso crece,
para poder regarle,
que de calor no sufra
en una tierra seca,
regada solo con la sangre
de la amargura.

No encuentro el papel limpio de juicio
donde escribir un libro.
Para verle después
si osado consigue
detener al hombre
ante el precipicio
y volver estéril a la soberbia,
del egoísmo quemar su cresa
desde su inicio.

No encuentro cálido vientre,
vientre sereno
donde gestar un hijo.
Para verle después
si acaso crece
fuerte y valiente,
sin la falacia del embustero
ni la frialdad del egocéntrico,
andando en la verdad
de todo lo eterno.

Mayo 2000

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