martes

LA SUPREMACIA DEL PODER


















Una vez más, después de haber meditado sobre todo el desfilar de los episodios diarios, sigo pensando que nuestro vivir se cimbrea en el columpio del tiempo, sin apenas darnos cuenta de que son otros los que nos empujan. mientras nos cantan una canción bella pero muy vieja que dice : “Te quiero, te quiero”.
Así la titulan y, mientras tú te meces a su son, ellos intercambian a tu costa sus cromos con el enemigo.
–Lo tengo… me falta… lo tengo… me falta…
Es el viejo coleccionismo del poder, la más antigua de las pasiones humanas, cuando se percibe ese brillo extraño en los ojos y nos produce rechazo ese mentón que se yergue por encima del propio hombro evitando mirarnos de frente porque, para el poderoso hinchado de vanidad, no valemos mucho más que cualquier estampa de un coleccionable.


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