miércoles

SABIDURIA PRESTADA






















Desde que recuerdo siento este gusto profundo por ordenar palabras y letras, primero en mi mente y luego sobre el papel. Aquellos primeros años fueron cruciales para despertar en mí el amor por los libros y las letras, para sembrar en mi mente el arte de recibir y trasmitir ideas, pensamientos y sentimientos, ordenando las 28 letras del abecedario en mil y una composiciones que formaran ideas. Al pertenecer a una familia de huérfanos te has de despabilar arrimando el hombro para que no se desintegre del todo dicha familia. En cierto modo esta unión familiar protege y fortalece al grupo para la supervivencia pero, por otra parte, impide el desarrollo individual a un grado más cabal ya que te debes al grupo y este por su parte te absorbe y protege. Si la familia comprende tus inquietudes e ilusiones puede que sea ventajoso el grupo, pero si no es así, se convierte en una especie de losa que impide ser una misma. Los lazos afectivos son necesarios para una estabilidad y madurez emocional satisfactoria pero si son excesivos, el individuo se ahoga y no desarrolla sus capacidades al grado que pudiera. Esto es así pese a quien pese, es una de las más grandes realidades, de ahí la importancia de comprender bien el asunto y actuar de forma respetuosa y equilibrada para con la particular forma de ver los asuntos respecto de los demás componentes del grupo familiar. Las mayores tragedias parten muchas veces de un ambiente familiar de intolerancia e intransigencia. El posesivismo es mortal para el desarrollo individual pero la rebelión total es tan o más negativa, resquebrajando y rompiendo los vínculos afectivos, principalmente entre padres e hijos.
Aunque pronto tuve que caminar por mí misma, fue magnífico tener siempre a mi familia como un referente emocional de estabilidad. De poco vale mirar atrás, a no ser para evitar cometer los mismos errores que en su día tuvimos que rectificar. Es una fatídica ley de vida que los hijos, o los jóvenes en general, no sepan aprovecharse de los fallos de otras personas para no perder el tiempo cometiendo los mismos. Es la rebeldía innata y la sensación de inmortales lo que nos hace conducirnos con temeridad, desafiando todo lo establecido y desatendiendo consejos. Deseamos experimentar por nosotros mismos todas las cosas. Esto es una cansina, absurda y repetida pérdida de tiempo en la que caemos generación tras generación, de ahí el dicho ese de que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra", ni siquiera aprendemos de nuestros errores cuanto más de los de los demás.
Por este afán que muchos tenemos en hallar sabiduría, indagamos en los clásicos intentando encontrar maestros que nos proporcionen esa base de datos que conforme y sostenga nuestra personalidad moral o espiritual.
Primero uno se pregunta por la razón de que sean llamados clásicos. Una cosa clásica es aquella que se sostiene a través de generaciones distintas o sobrevive a cambios sociales, políticos, religiosos o de cualquier otro orden, algo que pasa a ser la estructura base de todo tipo de sociedades y que es referente para una cantidad amplia de personas. Sea lo que sea a lo que uno se dedique, casi todo ámbito de la vida tiene sus clásicos a los que suele recurrir, principalmente en los tiempos de decadencia, cuando lo nuevo pierde fuerza degenerando hacia algo deprimente. Así, los clásicos, son (por decirlo de algún modo) el recurso de fondo para ciertas épocas en que parecen tocar techo o fondo algunas sociedades o sistemas.
Se puede entender entonces que los clásicos ayudan a tener una base de valores estables que es común a mucha gente pensadora pero que a la vez son cuestionados y dejados de lado cada cierto tiempo. No acaban de ser la panacea ya que son difíciles de pautar por la mayoría de humanos rebeldes e imperfectos con tendencia a rechazar toda orden que venga de otros, a no ser que se imponga por medio del temor. El gran maestro que fue Jesucristo dijo que "todo alumno perfectamente entrenado llega a ser igual que su maestro" pero… ¿Quiere alguien ser un verdadero alumno de alguien? Tendemos a huir de los patrones trazados por otros, de ahí que los choques generacionales no cesan, siendo este el primer escalón del rechazo a lo establecido por otros. Poco importa la buena intención o la lucha de otra generación por establecer tal o cual sistema, seguro que tendrá detractores, seguro que acabará su ciclo siendo derribado (violentamente o no) por generaciones distintas que tienen ansia de experimentar por si mismos las cosas para tener un sentido de logro del que carecen.
Y vuelta a empezar el giro de la rueda para volver donde quedó anclada tiempo atrás pero, eso sí, con la viveza de los colores renovada.

¿Por qué escribo? Puede que para no olvidar lo que sé.

¿Por qué me gusta escribir? Digamos que porque experimento cierta alegría al vaciar mi mente de ideas que buscan dónde posarse. Es un minúsculo parto que no por pequeño deja de producir su dolor hasta la dicha del alumbramiento. Ni que decir tiene que se producen infinidad de abortos espontáneos, como en la realidad misma de la vida. Si, creo que escribir es algo bueno, si lo que se escribe es bueno, si lo que se plasma es bello, conforta al espíritu, agudiza la razón y apela a la inteligencia.

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