PODER AMAR

Maravilla la forma en que el ser humano está hecho para amar y ser amado, para ser feliz amando. Por esa razón aún maravilla mas que su preciosa libertad la haya convertido en el camino a su propio dolor. Así, sin esperanza de escape, está como la mosca atrapada en la botella, girando sobre sus propias especulaciones, sobre sus propias filosofías caducas e ineficaces que empobrecen la inteligencia, enrocado sobre su propio endiosamiento y con el mismo ancestral desprecio al ser supremo que causó la vida.
No hay mas que mirar a la historia y toda la sangre humana derramada para ver que toda ella junta podría enrojecer la tierra y cubrirla varias veces. Entristece, cuanto menos, tanto degüello del semejante para establecer fronteras y divisiones absurdas entre seres iguales. Dicho así parece una simpleza si no fuese porque la realidad es así de simple, en el sentido más etimológico de la palabra, cuyo sinónimo puede ser "sencillo". La situación del ser humano tiene una sencilla explicación: falta de amor por el bien. Hay que reconocer que es difícil desarroyar ese amor ya que no se tiene un claro concepto de lo que es el bien.
Aunque se sigan dando vueltas y vueltas para hacer interesante la reiteración, para hacer coherente lo absurdo, ignorando la salida por ser poco rimbombante, por estar sometido el hombre a la vanidosa certeza de estar en posesión de la única verdad posible: que es el dueño y el dios de su destino. Puede uno estar tentado a creer que esto es un concepto nuevo de siglos recientes lanzado por algunos filosofos existencialistas pero esto es muchísimo más antiguo, es tan antiguo como la propia vida del ser humano en la tierra. Cada cual entonces que campe como pueda y desee. En cada etapa o era unos piden algo nuevo, otros quieren cambiar algo, todos quieren mejorar una parte pero nadie atiende a la raíz, ningún árbol podrido puede dar un fruto bueno. La raíz está infectada de egoísmos, deseo de poder o vana gloria y algún tipo de dominio sobre los semejantes.
Ante un panorama escaso de amor que nadie duda de que sea real porque se nos sirve en los telediarios, se debe de hacer un esfuerzo por confiar una vez más en el ser humano, en su potencial de justicia, en su creatividad, en su positividad, en su racionalidad y en su capacidad innata de amar.